CONMEMORA GOBIERNO ESTATAL 254 ANIVERSARIO DEL NATALICIO DE LA INSURGENTE
REDACCIÓN|| Josefa Ortiz de Domínguez, una mujer que se adelantó a su tiempo, cuando las mujeres eran despreciadas y relegadas. Soportó acusaciones y desprecios. Decidió alzar su voz en contra de las injusticias. Es preciso comprender la magnitud del impacto que la presencia de esta mujer tuvo en un momento tan determinante para la historia de México. Así recordó la Doctor Lilia Cedillo Rectora de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) a la Corregidora en la ceremonia del 254 Aniversario del Natalicio de “La Corregidora”.
Refirió que, “Josefa Ortiz se distinguió desde muy joven por su vocación social y su interés por reivindicar los derechos de la población indígena, criolla y mestiza, que sufría debido a la falta de igualdad y a las injusticias que se cometían en su contra. Fue una mujer que no temió actuar frente a una sociedad patriarcal, que limitaba a las mujeres al cuidado de los hijos y lo hizo en un tiempo en que las mujeres tenían que permanecer al margen, ocultas e, incluso, eran despreciadas”.
Invitada como oradora en la ceremonia conmemorativa, que presidió el gobernador Miguel Barbosa Huerta, la Rectora Cedillo Ramírez, destacó el importante papel que tuvo Josefa Ortiz de Domínguez para que se produjera el Grito de Independencia en 1810 y de cómo sus acciones contribuyeron a la formación de México y en reivindicar el papel de las mujeres en acontecimientos históricos.
Rememoró cómo Josefa Ortiz vivió y forjó su pensamiento e ideales. Ella estudió en el Colegio de Las Vizcaínas de la Ciudad de México y recibió una educación moderna e ilustrada. Ahí conoció a Miguel Domínguez, con quien tiempo después se casó y trasladó a vivir a Querétaro, lugar en que su esposo fue nombrado Corregidor.
Criolla, ella misma, encabezaba acciones en favor de los pobres, los enfermos y los reclusos, al tiempo que compartía con su esposo, el Corregidor, reuniones con personas que postulaban ideas insurgentes.
Conviene detenerse un momento para tratar de vislumbrar como ella, una mujer del siglo XIX, responsable de la crianza de 14 hijos, sometida a los mandatos de una cultura patriarcal, fue capaz de insertarse en el movimiento de independencia.
Lilia Cedillo cuestionó sobre el momento que vivió Loa Corregidora para participar en la causa libertaria. ¿Qué vio? ¿Qué sintió, cómo decidió vincularse con los insurgentes siendo ella una respetada dama de la Colonia?
Sin duda alguna, su educación, su gusto por la lectura, y su conocimiento sobre los ideales de libertad, igualdad y fraternidad, bandera de la Revolución Francesa, lo mismo que los derechos individuales, que se propagaban en Europa y encontraban eco en la Nueva España, la inspiraron y colocaron en un sitio destacado de la historia de nuestro país.
PIDE NO ROMANTIZAR EL MOMENTO CUÁNDO FUE DESCUBIERTA LA CONSPIRACIÓN Y EL ACTUAR DE JOSEFA ORTIZ
La Rectora Lilia Cedillo, trajo a colación los estudios históricos de cómo La Corregidora elaboró y envió un mensaje escrito a los independentistas, a través de Ignacio Pérez, quien lo llevó al capitán Ignacio Allende y, al no encontrarlo, lo entregó al cura Miguel Hidalgo.
“El aviso y la determinación con que doña Josefa lo mandó, pese a la recomendación de su esposo el Corregidor para que se mantuviera callada, revelan una vez más el carácter decidido de una mujer cuyo impacto en la historia nacional es determinante, pues gracias a ello, el grito de independencia programado para el mes de diciembre de 1810, se produjo en la madrugada del 16 de septiembre en el pueblo de Dolores”.
Por todas estas referencias históricas la Doctora Lilia Cedillo, pidió entender a esta mujer ilustrada y visionaria, que puso su talento al servicio de la insurrección en un momento tan determinante para la historia de México.
A ello contribuyó su educación liberal, también influyó el hecho de compartir con su esposo, el anhelo para la construcción de un país libre y justo, así como debatir con militares, políticos, abogados, sacerdotes, artistas e intelectuales que asistían a las tertulias literarias, todo ello le permitió ampliar sus convicciones.
Pero todo ello no la hubiera colocado en el lugar relevante que ocupa, si no fuera porque se trató de una mujer visionaria, que no sólo aportó un servicio puntual, como enviar un oportuno mensaje, sino también su pensamiento, sus convicciones, su mirada y su visión del país al que aspiraba.
Josefa Ortiz de Domínguez aprovechó su talento para alcanzar un alto nivel en la organización del levantamiento armado que se gestaba hacia mediados de 1810; aportó ideas y defendió con entusiasmo su convicción de que la Nueva España debía erigirse como una nación soberana justa e igualitaria.
Dicho de otra manera, puso su intelecto y su pasión al servicio de la independencia y lo hizo en un tiempo en que las mujeres tenían que permanecer al margen, ocultas e, incluso, eran despreciadas.
Nada de ello pareció hacer mella en su ánimo y, cuando el movimiento fue traicionado por un infiltrado que informó a las autoridades y al virrey sobre la conspiración en Querétaro, ella soportó años de encierro en diferentes cárceles, manteniendo su espíritu libertario.
Ni siquiera lograron vencer su espíritu las acusaciones de sedición, conducta escandalosa, ni las que la señalaban por seguir brindando apoyo moral y económico a la causa insurgente, a las tropas de José María Morelos y Pavón.
Estamos, pues frente a la férrea voluntad de una mujer que tuvo la sensibilidad de comprender el mundo que le tocó vivir; que decidió alzar su voz en contra de las injusticias; que no dudó en ponerse en riesgo para apoyar la independencia nacional; y que no temió actuar en medio de una sociedad patriarcal que confinaba a las mujeres a las labores domésticas.
Verla de esa manera, permite comprender la dimensión de su papel histórico, como libertaria y como luchadora por la equidad de género, concepto que ni siquiera existía en sus días.
En Josefa Ortiz de Domínguez, La Corregidora, tenemos el ejemplo de una mujer de fuerte carácter, firmes convicciones y plena determinación. La relevante aportación que hizo a la lucha por la Independencia es tan importante como su contribución al reconocimiento de la equidad de género.
Si bien, las mujeres tenemos hoy una más amplia visibilidad y mayores oportunidades, debemos seguirla ampliando hasta alcanzar plena igualdad sustantiva.
A 254 años de su nacimiento, la Rectora Lilia Cedillo, pidió honrar el legado de La Corregidora Josefa Ortiz de Domínguez, continuar la lucha que emprendió en pos de la libertad y la independencia, y también aquella que realizó para reivindicar el papel de las mujeres como protagonistas de sus propias vidas y de la historia; para que exista una real igualdad sustantiva.
Es preciso que avancemos en una integración amplia, plural, respetuosa y tolerante, que reconozca las diferencias de quienes formamos este gran país.
En la ceremonia estuvieron presentes los presidentes del Congreso local y del Tribunal Superior de Justicia, Sergio Céspedes Peregrina y Héctor Sánchez Sánchez; el comandante de la VI Región Militar, José Alfredo González Rodríguez; el comandante de la XXV Zona Militar, general José Martín Luna de la Luz; el fiscal General del Estado, Gilberto Higuera Bernal; el presidente municipal de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, así como secretarias y secretarios del gabinete estatal.