
Por J. Leticia García Polo
Hace algún tiempo una persona se burló públicamente de mí en un grupo de WhatsApp, porque escribí -todas y todos-.
Y me corrigió de manera poco educada
Solo dije lo siento, luego corregí y escribí
Enfureció en cada ocasión que intenté explicarle que era por una situación de inclusión aplicar lenguaje no sexista y para visibilizar a todes y no discriminar
Se molestó aún más.
Alguien me dijo que ya no le replicara porque muchas personas desarrollan un pensamiento rígido en su formación desde temprana edad y les cuesta mucho trabajo y hasta les molesta que las cosas cambien, la forma de tratar a sus semejantes no es igual con algunas personas con las que se sienten identificadas las tratarán de iguales.
Pero con aquellas que tienen un pensamiento más abierto les incomodará entablar un diálogo, porque siempre estarán a la defensiva.
-Pero que es lo que les sucede a esas personas que reaccionan con enojo al lenguaje incluyente o inclusivo.
¿Es una fobia al cambio?
¿A visibilizar a las otras personas?
¿Rigidez a modificar su lenguaje aprendido?
¿A no aceptar que existe igualdad entre las personas?
Al parecer reaccionan así porque su aprendizaje familiar, social y cultural así los formó y les cuesta mucho aceptar que existen otras formas de convivencia y de visibilidad.
La doctora Tania Esmeralda Rocha Sánchez, investigadora de la Facultad de Psicología de la UNAM, refiere que la homofobia en realidad no es una fobia porque no se trata de una reacción psicológica inevitable, sino de una forma de comprender la sexualidad con base en un aprendizaje social o cultural de lo que es “correcto” o “incorrecto”.
Una persona homofóbica considera cualquier ejercicio de la sexualidad que no sea el heterosexual como antinatural, anormal y patológico. ¿Realmente es una fobia? “Desde el punto de vista psicológico, las fobias son reacciones que aparecen frente a un estímulo que, por alguna razón, en algún momento de nuestra historia, nos causó un trauma o una experiencia desagradable e impactante.
La investigadora Tania Esmeralda Rocha Sánchez, refiere que además de la notoria incomodidad que reflejan estas personas, -pueden incluir taquicardia y sudoración de manos”.
La homofobia en realidad no es una fobia porque no se trata de una reacción psicológica inevitable, sino de una forma de comprender la sexualidad con base en un aprendizaje social o cultural de lo que es “correcto” o “incorrecto”. Una persona homofóbica considera cualquier ejercicio de la sexualidad que no sea el heterosexual como antinatural, anormal y patológico.
A causa de esta forma de discriminación algunos homosexuales mantienen su orientación sexual en secreto para evitar la vergüenza pública, la violencia, la tortura, el encarcelamiento o que los despidan de sus empleos. Algunos son rechazados por su familia o se genera un conflicto en ella si algunos miembros los apoyan y otros los rechazan.
Respecto al tema de mencionar a las mujeres y hacerlas visibles en todos los campos es uno de los Objetivos del Milenio promovido por la Organización de las Naciones Unidas y ONU Mujeres y su Agenda al 2030. Muchas personas incluidas algunas mujeres -mantienen esa rigidez de la forma en que las educaron.
Hace unos días en un evento público de periodistas donde había una importante cantidad de estudiantes de la carrera de comunicación cuando me dieron el micrófono salude –a todas, todos y todes-.
Percibí un ligero murmullo.
Al final del evento una estudiante se me acercó y me dijo con timidez –gracias por la forma en que saludo e incluyó a todes. Me dio gusto saber que no soy la única que piensa así. Pero sabe mis compañeros se burlan de mí cuando aplico lenguaje incluyente-.
La abracé y le respondí, no te preocupes ya somos dos. Nunca te rindas.

El mundo está cambiando.
Está llegando una nueva generación que mira las cosas de otra manera y algún día este planeta será más equitativo.
Por lo menos Yo, no pierdo la esperanza.
¿Y ustedes?