En el contexto de la COVID-19, han proliferado en el mundo los contenidos de odio y las teorías conspirativas que acentúan los prejuicios ya existentes, los estereotipos nocivos y la discriminación.
París (UNESCO) – En todos los países del mundo, el discurso de odio constituye una amenaza para los derechos humanos y la estabilidad social, exacerbando los conflictos y las tensiones.
En el contexto de la COVID-19, observamos una proliferación en todo el mundo de los contenidos de odio, la discriminación y las teorías conspirativas que acentúan los prejuicios ya existentes, los estereotipos nocivos y la discriminación, fundamentalmente la xenofobia, el racismo, el antisemitismo, la islamofobia, la misoginia y el odio contra las personas LGBTQI+.
La primera Conferencia Internacional de Ministros de Educación y el Foro de múltiples partes para combatir el discurso de odio mediante la educación, organizados en septiembre y octubre de 2021, constituyen grandes etapas que han reunido a los responsables en la formulación de políticas del sector educativo, especialistas y miembros de la sociedad civil del mundo entero con miras a lograr un consenso en la lucha contra el discurso de odio y la discriminación.
Estos esfuerzos de alto nivel solo lograrán su objetivo mediante el apoyo activo de todos, educandos y docentes, usuarios de redes sociales y creadores de contenidos – mediante la adopción de posiciones comunes de las sociedades y comunidades.
¿Qué repercusión tiene el discurso de odio en las sociedades y las personas a través del mundo?
Al leer los titulares de la prensa en todo el mundo, constatamos que el discurso de odio desempeña un claro papel en el surgimiento y amplificación de los conflictos, la polarización y la discriminación.
Desde los relatos deshumanizantes sobre los migrantes y los refugiados o las bandas racistas y antisemitas reacondicionadas en el marco de la pandemia de COVID-19, el discurso de odio está intrínsecamente vinculado a la incitación a la violencia y las violaciones cotidianas de los derechos humanos que afecta a menudo a las personas y los grupos más vulnerables.
A lo largo de la historia, el discurso de odio ha servido para adoctrinar a las personas e incitarlas a cometer los peores crímenes.
El Holocausto, el genocidio contra los tutsis, la limpieza étnica de los rohingya en Myanmar, figuran entre los numerosos ejemplos en que el discurso de odio y la propaganda han deshumanizado sistemáticamente a las personas y preparado el terreno para que se cometan los crímenes más atroces.
Las sociedades de hoy en día siguen siendo vulnerables y, como estipula el Acta constitución de la UNESCO, nos incumbe a todos erigir los baluartes de la paz en la mente de los hombres y las mujeres.
¿Por qué la libertad de expresión está en el centro de la estrategia de las Naciones Unidas y de la UNESCO para combatir el discurso de odio?
No debemos combatir el discurso de odio solamente mediante la restricción de la palabra, ya que también resulta vital incitar y permitir un discurso positivo.
En determinados países, las leyes adoptadas para combatir el discurso de odio pueden utilizarse de manera indebida contra los grupos vulnerables u opositores, algo que en ocasiones afecta a los propios grupos que estas leyes sobre el discurso de odio pretenden proteger, o propician entornos represivos en los que prospera el discurso de odio.
En 2019, el Sr. António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, presentó la Estrategia y el Plan de Acción de las Naciones Unidas para la Lucha contra el Discurso de Odio basados en los principios de lucha contra el odio, la discriminación, el racismo y las desigualdades.
Los compromisos de la Estrategia no tienen como objetivo “impedir” el uso de la palabra, algo que podría sugerir una restricción de la libertad de opinión y expresión que pudiera resultar problemático en términos prácticos y contrario al derecho internacional de los derechos humanos, sino combatir el discurso de odio.
La UNESCO promueve la libre circulación de ideas mediante la palabra y la imagen y se compromete a facilitar un espacio de Internet libre, abierto y accesible en el marco de la promoción de una libertad completa de expresión en línea y fuera de ésta.
El discurso de odio puede adoptar diferentes formas, desde mensajes orales o escritos hasta memes e imágenes, incluyendo canciones y otros modos de expresión. La clave para luchar contra el discurso de odio incluye el pensamiento crítico y las informaciones de calidad, más que los enfoques que censuran o penalizan demasiado.
¿Cómo las personas pueden solidarizarse con los grupos vulnerables y las personas víctimas del discurso de odio?
Todo el mundo puede tomar posición contra el discurso de odio, la deshumanización y la discriminación. Los elementos clave de la lucha contra el discurso de odio en línea son el desarrollo de las competencias de pensamiento crítico y la utilización ética de las redes sociales como puntos de partida de una educación mediática e informacional para combatir el discurso de odio en Internet.
Las competencias adquiridas mediante esta educación pueden mejorar la capacidad de las personas para identificar y cuestionar los contenidos de odio en línea, que incluyen sus hipótesis, sesgos y prejuicios, y estimular los argumentos para contrarrestarlos.
Resulta complejo hacer frente a los desafíos contemporáneos que implica el discurso de odio, sobre todo contrarrestar las causas profundas y sus factores, impedir que se transforme en violencia y combatir sus consecuencias societales en un sentido más amplio.
A escala mundial, en paralelo a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos da seguimiento al derecho a la libertad de expresión (artículo 19) al prohibir toda apología del odio que constituya una incitación a la discriminación, la hostilidad o la violencia (artículo 20).
Como complemento de estos principios, el Plan de Acción de Rabat propone que toda restricción de la libertad de expresión se justifique mediante un “baremo de evaluación en seis puntos”, teniendo en cuenta el contexto sociopolítico, el estatus del orador, la intención de incitar al antagonismo, el contenido del discurso, la amplitud de difusión y la probabilidad de perjuicios.
¿Cuáles son las diferencias en cuanto al modo de funcionamiento entre el discurso de odio fuera de línea o en línea mediante las redes sociales?
La UNESCO reconoce que el discurso de odio en Internet no es intrínsicamente diferente al discurso fuera de línea. No obstante, algunas diferencias se deben a la naturaleza de las interacciones, así como en la utilización y difusión de palabras específicas, acusaciones y teorías conspirativas que pueden aparecer, culminar o desvanecerse muy rápidamente. El mensaje de odio puede convertirse en viral en pocas horas, incluso en minutos.
El costo de producción y la difusión del discurso de odio puede ser bajo a la vez que propicia niveles de exposición muy diferentes según la popularidad del mensaje difundido. La difusión puede ser transnacional. Los discursos de odio por Internet también pueden permanecer accesibles más tiempo y tener sucesivas oleadas de popularidad, aparecer en nuevas redes o volver a surgir, permaneciendo anónimos.
Un consenso se desarrolla entorno a la necesidad de exigir más transparencia y responsabilidad al respecto por parte que las empresas de Internet. Las iniciativas existentes que tienen como objetivo promover el aumento de la transparencia prácticamente no han tenido éxito.
Los informes elaborados sobre la transparencia de las empresas proporcionan numerosos datos, pero presentan importantes deficiencias y abarcan diferentes problemas de diferentes maneras.
Existe mucha diferencia en el tipo, la medida, el modelo de negocio y la ingeniería de las empresas de plataformas de Internet, algo que es un indicador de la necesidad de aplicar principios de alto nivel en este ámbito tan diverso.
Los principios de transparencia de alto nivel responden a las principales preocupaciones políticas de la UNESCO, fundamentalmente la libertad de expresión, la seguridad de los periodistas, la viabilidad de los dispositivos de información, la vida privada y la lucha contra el discurso de odio, así como la desinformación.
En particular, la nueva era digital necesita la aplicación de un diálogo entre las empresas, los reguladores, los gobiernos, la sociedad civil, el mundo académico y los especialistas de la comunidad técnica.
¿Por qué la educación y la alfabetización mediática e informacional son tan importantes en la lucha contra el discurso de odio?
El reforzamiento de los sistemas educativos, con miras a incrementar la resiliencia y la sensibilización de los educandos ante los discursos de odio, así como para educar en cuanto a sus responsabilidades y sus derechos en línea y fuera de ésta, está en el centro de las iniciativas de la UNESCO.
La educación para la ciudadanía mundial tiene como objetivo proporcionar a los educandos de todas las edades los medios de asumir un papel activo, tanto a escala local como mundial, en la construcción de sociedades más pacíficas, inclusivas y seguras.
Estas iniciativas incluyen la lucha explícita contra los relatos de odio, mediante programas tales como la educación contra el antisemitismo y la prevención del extremismo violento, proporcionando apoyo a los jóvenes para que puedan implicarse contra las ideologías de odio y peligrosas, y formando u orientando a los educadores para que puedan desarrollar la resiliencia de los jóvenes ante el extremismo violento y atenuar mediante la educación los propulsores de este fenómeno.
El discurso de odio se vincula a menudo a la desinformación y las informaciones falsas, incluidas las teorías conspirativas.
La alfabetización mediática e informacional permite adquirir competencias para evaluar de manera crítica la información y los mensajes y contribuir a la creación de ecosistemas seguros y sanos en Internet para preservar el bien público y luchar contra la epidemia creciente de desinformación en línea.