Jorge Marcelino Alejo Si en medio de la pandemia, la industria farmacéutica se embolsa buenas ganancias monetarias, le anticipamos que deberá compartirlas con la humanidad.
Porque en verdad le está yendo bien.
En la Unión Europea se escucha en tono de queja, que las farmacéuticas estadounidenses Pfizer y Moderna, subieron en más de un cuarto y una décima, respectivamente, el precio de sus vacunas antiCovid.
En los contratos de suministro se establece que de éste año hasta 2023, por un total de 2 mil 100 millones de dosis, la Pfizer pasó de 15.50 euros actuales a 19.50 euros. La dosis de Moderna subió de 22.60 dólares a 25.50 dólares. Alegan que estas vacunas tienen mejor eficacia que las Oxford, AstraZeneca y Johnson & Johnson.
Las ganancias se le multiplican, porque también mantiene la producción de una larga lista de medicamentos, equipo médico y diversos productos que ahora son de consumo obligado para protegerse de la pandemia. Todos ellos – y esto va subrayado- desde un gel y un tapabocas, registran ventas que no soñaban hace más de un año.
Obvio que sus ingresos de más volumen, están en el costo de medicinas que se aplican en tratamientos de Covid 19. Según la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros -AMIS- el costo de esos procesos se duplicó en hospitales privados, al pasar de 228 mil 485 pesos en marzo 2020, a 489 mil 691 pesos en promedio a julio 2021. La atención hospitalaria con el costo más alto, es en personas de la tercera edad, pues de 60 a 69 años el promedio es de 777 mil 900 pesos. Más de 70 años, es superior a 830 mil pesos.
Las personas afectadas por la pandemia con asistencia social, además de sufrir la carencia de ellos por el deficiente suministro público a hospitales, compra menos medicamentos por falta de recursos. Tan no los tienen, que en el último fin de semana, un análisis del INEGI sorprendió al señalar que en el primer año de la pandemia, 129 mil 861 personas fallecieron sin auxilio del servicio de salud.
Con ello tenemos pacientes que sí pueden pagar asistencia médica privada, y pacientes que no pueden comprar medicinas, pero que al final los laboratorios farmacéuticos les venden a los Gobiernos.
En suma, ésta industria vende, tiene ingresos y ganancias.
En México estamos convencidos, de que aquí y en China, la aplicación de las vacunas tienen un costo y hay que pagarlo, sin importar la marca que sea.
Estamos lejos de decir que esas ganancias sean ilegitimas, mucho menos que no se las merecen. Al contrario, se reconoce su trabajo y por eso le está yendo bien.
Cabe esperar entonces, que de alguna forma la industria farmacéutica se habrá de mostrar solidaria con la humanidad, después de que las circunstancias propiciadas por la pandemia, le son benignas.
M E M O R A N D U M
SUELDOS
Mientras se diluyen resultados para enjuiciar a los ex presidentes Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña, y si las encuestas “llegaron para quedarse”, cómo vería usted carísimo lector, si se realiza una para preguntar si se aprueban incrementos a sueldos de los diputados de la LXI Legislatura Local, que se inicia en septiembre próximo.
Algunos son los mismos, porque los votos de junio favorecieron su reelección, pero con tantas pifias que cometieron fueron increpados por la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Es más, la LX Legislatura deja un rezago de casi mil iniciativas.
Habrá que ver si los premiamos con más sueldos, o solo les seguimos pagando su aprendizaje.
PRECIO
Así como disminuyeron el precio al Gas LP, a manera de experimento para frenar su alza que lo convierte en producto casi inalcanzable para buena parte de la población, ¿Con qué otro combustible se podría hacer lo mismo?
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