Ha llegado el momento de reorientar y dar un nuevo impulso a nuestra misión de crear un mundo más igualitario, justo y sostenible, en el que todas las personas puedan ejercer sus derechos humanos sin miedo ni discriminación
REDACCIÓN|||
Durante el arranque de los trabajos del Foro Generación e Igualdad, el cual es convocado por ONU Mujeres, en sesión virtual António Guterres, Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), recordó como hace 26 años feministas, activistas y jóvenes centraron una acción colectiva, para dar seguimiento en la igualdad de género impulsada a través de la histórica Declaración y Plataforma de Acción de Beijing.
Refirió que la acción de estos grupos “han contribuido a derribar instituciones y normas sociales patriarcales profundamente arraigadas, también han acercado el poder a quienes con demasiada frecuencia se ven privados de derechos o silenciados. Ha habido victorias importantes, pero el progreso ha sido lento, demasiado lento”.
António Guterres aceptó que el asunto es el poder y el poder sigue estando en las manos de los hombres. “La igualdad de género es en esencia una cuestión de poder y el poder sigue estando predominantemente en manos de los hombres. En muchos lugares la idea misma de la igualdad de género es objeto de ataques. Están volviendo a aparecer leyes regresivas y la violencia horrible contra las mujeres va en aumento, lo que condeno absolutamente”.
Ante los presidentes Andrés Manuel López Obrador de México y Emmanuel Macron de la República Francesa; y de la Directora general de ONU Mujeres Phumzile Mlambo, el Secretario General de la ONU, dijo que la pandemia de COVID-19, como un terremoto, ha destrozado la vida de millones de mujeres y niñas, y ha dado al traste con muchos de nuestros logros.
Por ello afirmó que, ha llegado el momento de reorientar y dar un nuevo impulso a nuestra misión de crear un mundo más igualitario, justo y sostenible, en el que todas las personas puedan ejercer sus derechos humanos sin miedo ni discriminación.
“Es un esfuerzo que emprendemos por todas las mujeres y niñas, por las madres de todo el mundo que se esfuerzan por compaginar la vida profesional con una carga de tareas asistenciales cada vez más pesadas, por las niñas indígenas y las refugiadas, por las mujeres que viven con discapacidad y por las jóvenes que desean acceder a una carrera en el ámbito de la tecnología y las ciencias, por las defensoras de los derechos humanos y por tantas otras”.
Esta labor va dirigida a todos y debe ser llevada a cabo por todos, mujeres y hombres por igual. A medida que nos recuperamos de la pandemia debemos centrarnos en cinco pasos fundamentales:
PRIMERO – proteger la igualdad de derechos de las mujeres en toda su diversidad y derogar las leyes discriminatorias.
SEGUNDO- velar por la igualdad de representación en los consejos directivos de las empresas, en los gobiernos y en los parlamentos, pero no sólo en ellos, adoptando medidas especiales y cuotas.
TERCERO- fomentar la inclusión económica de las mujeres a través de la igualdad salarial, la protección del empleo, los créditos específicos y las inversiones en la economía, en el cuidado y la protección social.
CUARTO- promulgar inmediatamente planes de respuesta de emergencia para cortar la violencia contra las mujeres y las niñas.
QUINTO- dar espacio a la transición intergeneracional que está en marcha y a la juventud que aboga por un mundo más justo e igualitario.
Para cuando lleguemos a Paris en junio queremos ver objetivos de inversiones sobre la mesa y un fuerte impulso de las múltiples partes comprometidas con la igualdad de género.
Conseguir que la igualdad de derechos se haga realidad para la mitad de la población mundial es la lucha inconclusa por los derechos humanos de este siglo.
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