El Vaticano supo de los abusos sexuales en Pensilvania desde hace 55 años

AGENCIAS

Una investigación judicial en Estados Unidos señala que durante siete décadas la iglesia católica en seis diócesis de Pensilvania encubrió y toleró los abusos sexuales de más de 300 sacerdotes a más de mil menores de edad.

El informe revela que desde al menos 1963 el Vaticano conocía algunos de esos casos y que se mostró tolerante, aunque no es posible saber si estaba al tanto de todos los detalles.

La noticia se dio a conocer el martes pasado y fue hasta dos días después cuando la Santa Sede mostró «su vergüenza» por los abusos «criminales» en Estados Unidos y señaló que «deberían asumirse responsabilidades».

La palabra Vaticano aparece 45 veces en la investigación judicial que destapa una maquinaria de silencio y el encubrimiento ante los abusos de los sacerdotes. La Congregación para la Doctrina de la Fe, el órgano encargado de salvaguardar la correcta doctrina de la Iglesia católica, es mencionada 14 veces, y la Santa Sede, 11, reportó El País.

En el documento, de mil 356 páginas, destaca que Roma fue informada en repetidas ocasiones tanto de las agresiones sexuales como del hecho de que la Iglesia estadounidense estaba encubriendo a curas pederastas.

El caso de John Delaney

«Cuando tenía 10 años llegó a la parroquia y comenzó con los tocamientos, a los 11 ya me había violado (…) Destrozó mi alma y se llevó mi infancia», explica John Delaney a Efe, una de las víctimas de los abusos de sacerdotes de la Iglesia católica en Estados Unidos, desvelados en el informe.

Delaney, que ahora tiene 48 años, fue uno de ellos.

«Se llevó mi infancia, y eso es algo que no se puede recuperar. Me convenció de que mis padres sabían lo que estaba haciendo y lo aprobaban, que era algo que no estaba mal», agrega en entrevista para Efe al recordar los abusos del cura James Brzyski, considerado uno de los más brutales de la arquidiócesis de Pensilvania.

Los abusos se produjeron en la década de 1980 en un barrio del noreste de Filadelfia, donde el nuevo párroco comenzó a reclutar a los monaguillos que le asistirían en la misa.

«Fui uno de los escogidos: a los 10 años me tocó, a los 11 ya me había violado», indica.

Con información de EFE

 

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Equipo editorial M

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