Indignación y dolor por la ejecución de la Abogada Cecilia Monzón Pérez

Por J. Leticia García Polo

Ayer a mediodía en un corto informativo de radio escuché que le habían disparado a una mujer seis tiros mientras circulaba a bordo de su camioneta a un costado del Puente de Camino Real a Momoxpan y el Periférico.

No soy adepta a seguir la nota roja, pero el reporte me estremeció. Conversaba con unas personas que precisaban un dato de nuestra platica y ya no le di más atención al reporte policíaco. Pero cuándo me quedé a solas pensé ¿por qué ejecutaron de esa manera a una mujer? ¿Quién mandó a hacer eso?

Seis tiros son muchos para acabar con la vida de alguien.  Horas más tarde me enteré y caí en un shock cuando leí en las redes sociales que la víctima de la ejecución era Cecilia Monzón Pérez. Con un disparo era más que suficiente para quitarle la vida a una persona. Hubo vileza en el hecho. Quisieron asegurar la ejecución. Y silenciarla.  

La gran pregunta es ¿por qué quisieron callar a Cecilia Monzón?

Cecilia Monzón Pérez
Cecilia Monzón Pérez

Ella era una activista, defensora de las causas feministas. Se formó en sus inicios en las filas del PRI juvenil. Ahí la conocí hace cerca de 20 años. Era parte de esa generación de jóvenes mujeres y hombres que se sumaban al trabajo político del tricolor apoyando campañas de las y los dirigentes o candidatos de ese tiempo. Esa camada con la que conviví tenía el sueño de algún día ser uno de esas y esos políticos que veían con admiración y con los que convivían con admiración.

Pasado el tiempo me mandó un correo. Se denunciaba a un sujeto de nombre “Jesús” que la estaba difamando. Contaba la historia de lo que le sucedió con ese individuo. En mi texto le pedí que se calmara y en todo caso que lo denunciara. Nunca supe si lo denunció o no. Pero todas y todos sabían que ese individuo era un cínico malvado.

Por razones laborales años más tarde coincidí con el señor que mantenía su actitud de “desenfado y cinismo” trabajaba en un cargo de gobierno y seguía acosando y molestando a mujeres. Para mi sorpresa lo había nombrado en ese trabajo una mujer.

Desconozco el antecedente y si su jefa sabía las conductas del señor de agrio apellido. Lo que si recuerdo es que Cecilia Monzón se quejaba de que a un violentador le dieran esos trabajos de gran responsabilidad. Y ella como muchos otros jóvenes veían pasar los años sin que su partido el PRI, le diera una oportunidad de llegar a un cargo político de solidez.

En una de las últimas conversaciones que escuché de ella en una mesa política habló de cómo desde que había llegado al partido en el que militó por muchos años, seguían dándole cargos a las y los mismos personajes que estaban desde que ella llegó y que siempre les daban la vuelta las y los nuevos. Y se moría de la risa diciendo que ella ya no era tan nueva.

Lo cierto es que ella nunca se quedaba con nada. Lo expresaba, era directa, si algo no le gustaba lo decía. Hablaba en muchas ocasiones con palabras duras, que quizá a muchas y muchos no les gustaba.

Durante el paso de los años observé cómo le dio el vuelco a su carrera de Abogada y combinó el derecho con la política. Sacando la cara por las de su género. Las leyes en estos 20 años fueron avanzando para sancionar quienes ejercían la violencia feminicida, la violencia política, la violencia vicaria, a quienes no pagan la manutención de las y los niños, el derecho al aborto, por la inclusión y en todas las causas en las que podía sumarse.

Cecilia Monzón decidió luchar y defender legalmente por todas las causas de todas las mujeres.

Hoy las mujeres salieron a manifestarse por el artero crimen contra Cecilia, su compañera de luchas.

Exigen justicia.

Exigen protección para su pequeño hijo.

Exigen la detención de los responsables materiales de crimen.

Exigen que ya se frene la violencia con las mujeres.

Exigen la verdad.

Y eso es lo más importante…

REDACCIÓN

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