Crónica del Archivo Histórico de la Ciudad*
Puebla de los Ángeles fundada un 16 de abril de 1531 en la zona del Alto de San Francisco, en el viejo valle conocido como el Cuetlaxcoapan, (lugar donde las víboras cambian de piel), región frontera entre los señoríos indígenas de Cholula, Tlaxcala, Cuauhtinchan, Totimehuacan y Tepeaca, custodiada por los volcanes Popocatépetl, Iztaccçihuatl y la Malinche, circundado por los ríos de Almoloya (San Francisco), Atoyac y Alseseca.
Se estableció de acuerdo a un proyecto colonizador de la Corona Española, llamado como ensayo de República política o también como un experimento social para hacer una puebla (población) donde se asentaran los españoles que no tenían tierras y andaban vagando por el territorio novohispano. Conveniente, es mencionar que en aquella época hacer una puebla era experimentar un asentamiento nuevo, es decir poblar, hasta lograr el título de ciudad y no un pueblo o una villa.
El proyecto fundacional fue encomendado a Juan de Salmerón, oidor y presidente de la segunda Real Audiencia de la Nueva España, consejero del Rey Carlos V; que contó con la participación de los franciscanos fray Toribio de Benavente, llamado por los indígenas Motolinía, así como el obispo de Tlaxcala Fray Julián Garcés. El corregidor, Hernando de Saavedra, fue el encargado de la distribución de los solares a los primeros pobladores.
El objetivo principal de la fundación fue arraigar en tierras nuevas a los inmigrantes sin recursos, con la intención de evitar el peligro latente de exterminio de los naturales, que garantizará la permanencia del imperio español en los territorios recién conquistados.
El experimento de la nueva Puebla, tuvo como elemento fundamental el trabajo de los pobladores de las comunidades indígenas aledañas. La mano de obra fue fundamental para la construcción de la ciudad, aunado a que a cada vecino se le proporcionó veinte indios para su servicio particular.
La naciente ciudad alcanzó tal empuje y relevancia, que ya para finales del siglo XVI, estaba considerada como la segunda ciudad del virreinato de la Nueva España, sólo superada por la ciudad de México, obteniendo títulos y privilegios, es así, como el 20 de marzo de 1532 a menos de un año de su fundación, la Reina Isabel de Portugal expidió una Real Cédula en Medina del Campo, por la cual le concedió el título de ciudad de los Ángeles y el 20 de julio de 1538, la ciudad de los Ángeles recibió su escudo de armas a través de una Real Provisión expedida en la villa de Valladolid, por el rey Carlos I de España y V de Alemania. En su camino de ennoblecimiento la ciudad de los Ángeles obtuvo por el Rey Felipe II, en julio de 1558, el título de Noble y Leal; el de Muy Noble, se le otorgó en febrero de 1561 y en 1576, alcanzó su grado máximo de ennoblecimiento al obtener el título de Muy Leal, añadiéndose al que ya tenía de Muy Noble y Leal, adquiriendo así los títulos que gozaban las grandes ciudades imperiales de la corona española.
Es precisamente en 1532, cuando se tiene noticia de los primeros vecinos de la ciudad, debido a un repartimiento de tierras realizado el 5 de diciembre de ese mismo año, en la cual destaca una mujer llamada Marina Muñoz, los nombres de estos pobladores los podemos saber gracias a que se registran en el libro “Suplementos de Cabildo número Uno”, el cual se resguarda en el acervo del Archivo Histórico Municipal.
La lista de los primeros vecinos suman 34, algunos de ellos junto con sus cargos son los siguientes: Francisco de Orduña, Alcalde Ordinario en 1543, Cristóbal Martín Camacho, regidor en 1535, Alonso Martín Pérez ( alias Partidor), procurador y mayordomo en 1534 y regidor en 1538, Juan de Yépez, mayordomo en 1538 y regidor en 1532, Martín Alonso (alias el Bendicho), regidor en 1532, Francisco del Portillo, regidor en 1533, Cristóbal Martín, Alguacil Mayor, Pedro Pineda, regidor en 1533, Gutierre Maldonado, Procurador y mayordomo en 1536, Gonzalo Díaz de Vargas, Regidor en 1534 y alguacil mayor en 1537, Álvaro López, Regidor en 1536, García de Aguilar, Alcalde ordinario en 1534, Hernando de Elgueta, corregidor en 1533, Alonso Galeote, alcalde ordinario en 1533, Cristóbal de Soto, regidor en 1534 y Juan Valenciano entre otros.
Dentro de este contexto, el Archivo Histórico Municipal, custodio de la historia de Puebla, muestra testimonios originales de su acervo, con el objetivo de difundir nuestra identidad. Recordar que el Centro Histórico quedó inscrito el 11 de diciembre de 1987, en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
*Agradecemos a las y los investigadores del Archivo Histórico del Honorable Ayuntamiento de Puebla, por compartir su investigación.