Por: la Redacción/Cimacnoticias |
La esgrimista Paola Pliego Lara tomó la decisión de obtener la nacionalidad de Uzbekistán y representar a este país en competencias internacionales, debido a que en México fue víctima de corrupción por parte de los dirigentes deportivos.
A través de su cuenta de Twitter, la deportista afirmó que las autoridades le arrebataron injustamente la posibilidad de continuar representando a México. “Los intereses políticos y económicos están por encima de los logros y esfuerzos deportivos, sin importar la filiación, las promesas o los postulados de los dirigentes en turno”, expresó Pliego Lara.
“Siempre me he preguntado, ¿por qué me hicieron esto? ¿cómo pasé de ser alguien que les daba orgullo, a alguien que los incomodara tanto? ¿mala suerte? ¿aspiré a más de lo que debía? ¿por conseguir mis logros a base de esfuerzo y no de pleitesías? o ¿sólo es el destino de la mayoría de los atletas en México, donde los resultados y el talento nunca serán más importantes que los intereses personales de los encargados del deporte en nuestro país? En fin, como sea ¡enferma!”.
En 2016 la deportista queretana fue acusada de dopaje, lo que la llevó a perderse los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro que se realizarían ese año. Sin embargo, fue exonerada por la Agencia Mundial Antidopaje y por el órgano rector mundial de esgrima.
Luego de haberse perdido esta competencia, en 2017 Paola Pliego resurgió y en el Campeonato Centroamericano y del Caribe de Esgrima, realizado en Puerto Rico, se colgó dos medallas de oro; una en la categoría individual y otra en equipo.
Pese a esto, en 2018 comenzaron a presentarse más obstáculos en el camino. El Comité Olímpico Mexicano (COM) garantizó a Paola su participación en los Juegos Centroamericanos, por su alto rendimiento y por los oros obtenidos. Sin embargo, este lugar le fue arrebatado. Las autoridades deportivas argumentaron que Paola “no había llevado a cabo sus procesos como el resto de los atletas”.
Por esta decisión culpó al director del COM, Carlos Padilla Becerra. A través de una carta que hizo pública vía Twitter, le cuestionó dónde había quedado el lugar que ella ganó en competencia y que él había prometido públicamente.
“Estamos rodeados de dirigentes sin palabra, que no están dispuestos a defendernos simplemente porque no está en sus mejores intereses y sí, estoy hablando de usted, Carlos Padilla, presidente de nuestro Comité Olímpico Mexicano”, cuestionó la esgrimista en la misiva publicada en 2018.
Debido a la falta de reconocimiento a su esfuerzo de años, la esgrimista tomo la decisión de dejar de representar a México y acudir a otro país que le abrió las puertas y le brindó la oportunidad de luchar por sus sueños y objetivos.
Por esta decisión culpó al ex director de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) Alfredo Castillo Cervantes, quien, asegura, la vio sufrir tras haber sido expulsada de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. “Sabías que era inocente y no hiciste nada. Nadie buscó al culpable, nadie buscó la causa. Fingieron que nada pasó, fingieron que no perdí más de 15 años de mi vida en los que me preparé para unas olimpiadas que ustedes me quitaron en unos cuantos días”.
También responsabilizó a Carlos Padilla, a quien acusó de ser “la cabeza de la corrupción en el deporte mexicano junto con sus federaciones”; a la exsenadora Ana Gabriela Guevara Espinoza, a quien dijo que sólo se quedó en el discurso, aún cuando sabía que era la esperanza para las y los deportistas le dijo: “se te olvidó quiénes somos los más vulnerables aquí, pensamos que querías dirigir y cambiar el deporte, no utilizarnos para buscar una mayor proyección política”.
Finalmente, envió un mensaje a sus compañeros atletas, a quienes pidió que no se dobleguen y que ganen los apoyos en la cancha, en la pista, en la alberca o en la plataforma. “No hay más orgullo que el ganar algo que se obtuvo honestamente y, por favor, no ignoren lo que les está ocurriendo a otros sólo porque no les está pasando a ustedes”.
Afirmó que demostró internacionalmente su inocencia y que probó haber sido objeto de una trampa, por lo que seguirá la batalla legal el tiempo que sea necesario hasta lograr una reivindicación total.
“Amo profundamente a México, representarlo en casa y en el extranjero; escuchar nuestro himno nacional, viendo ondear la bandera tricolor en lo más alto, será siempre motivo del mayor de mis orgullos. A partir de hoy tengo la fuerza de dos pueblos, porque nadie ni nada me puede quitar ser orgullosamente mexicana”, concluyó.
A partir de hoy tengo la fuerza de dos pu