La directora del Fondo Monetario Internacional explicó que un equilibrio entre hombres y mujeres en bancos e instituciones financieras da mayor estabilidad.
A una década de la quiebra del banco Lehman Brothers, que oficializó la mayor crisis financiera global después del crack bursátil de 1929, aún se requiere una reforma donde se impulse el liderazgo femenino en las finanzas, señaló Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI).
“En primer lugar, una mayor diversidad siempre agudiza el pensamiento, reduciendo el potencial para pensar en grupo. En segundo lugar, esta misma diversidad también conduce a una mayor prudencia y menores tomas de decisiones imprudentes que provocaron la crisis. Nuestra propia investigación lo confirma: una mayor proporción de las mujeres en los consejos de administración de los bancos y las agencias de supervisión financiera se asocian con mayor estabilidad. Como ya lo he dicho muchas veces, si hubiera sido Lehman Sisters en lugar de Lehman Brothers, el mundo podría verse muy diferente hoy”, comentó.
En su artículo publicado en el blog del FMI, titulado Diez años después de Lehman: lecciones aprendidas y desafíos por delante, la funcionaria señaló que “el sistema financiero es más seguro, pero no lo suficientemente seguro, el crecimiento se ha recuperado, pero no se comparte lo suficiente”.
Advirtió que aún demasiados bancos permanecen débiles y algunas entidades bancarias “demasiado grandes para caer” siguen siendo un problema. Además, reconoció no se ha avanzado en cómo resolver bancos en quiebra y la ética al interior de las instituciones financieras no ha cambiado significativamente a como estaba cuando se gestó la crisis financiera global de 2008.
“Muchas de las actividades más turbias se están moviendo hacia la banca en la sombra y además, la innovación financiera, incluyendo las fintech y el trading de alta frecuencia, suman retos a la estabilidad financiera”, detalló Lagarde en el documento.
Por otro lado, se ha desvanecido la cooperación internacional, la coordinación de políticas entre las principales economías que evitaron que el colapso fuera mayor.
Los gobiernos de las principales economías representadas por el G-20coordinaron políticas a escala mundial; naciones con problemas de la banca limitaron el lastre de los sectores financieros en la economía real a través de medidas como apoyo de capital, garantías de deuda y compras de activos.
Los bancos centrales recortaron las tasas de política y más tarde navegaron en aguas desconocidas con la política monetaria no convencional. Los gobiernos respaldaron la demanda con grandes estímulos fiscales.
“Ahora el mundo se enfrenta a nuevas fallas poscrisis a partir de las consecuencias de la desigualdad excesiva, al proteccionismo y políticas que miran hacia dentro. En este contexto, el verdadero legado de la crisis no se puede evaluar adecuadamente después de diez años, porque aún se está escribiendo”, aseguró la líder del FMI.