• ¿Quién gana con el aborto clandestino?

 

Lupita Ramos

SemMéxico.- La despenalización del aborto es un reclamo histórico de los movimientos feministas en América Latina y en el mundo. En los últimos meses, miramos con atención la discusión sobre ese tema en el Congreso legislativo en Argentina. Lo que poca gente sabe, es que este proceso lleva mas de 13 años desde que iniciara en 2005 la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, una alianza federal formada por movimientos de mujeres, políticos y sociales, que logró llevar el debate al Congreso, obteniendo la sanción afirmativa en la cámara de diputados y el rechazo por una diferencia de seis votos en la cámara de senadores.

 

Desde el año 2005 se ha presentado seis veces el Proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) en la Cámara de Diputados. En congresos anteriores llegó a tener la firma de 60 legisladores de los distintos partidos políticos, pero nunca llegó al recinto. En su momento se advirtió que hubo presiones de la Iglesia y de los gobiernos anteriores. Se argumentó que aún no estaban las condiciones dadas para dar este debate.

 

Sin embargo, las condiciones en este 2018 cambiaron, en Argentina se generó un movimiento muy importante respecto de los feminicidios y la violencia contra las mujeres, movilizándose en las marchas del #NiUnaMenos e impulsando los paros de mujeres y las denuncias de abuso en distintos ámbitos que permitieron que por fin, después de 13 años de campaña, se llegara a la discusión del aborto en el Congreso legislativo Argentino.

 

Sin duda, este paso fue de gran importancia al generar el debate en torno a la despenalización del aborto no solo en Argentina sino en varios países de la región. El pasado 8 de agosto una marea verde se movió como tsunami por toda América Latina y el Caribe; la ola impulsora arrancó en el Cono Sur y fueron subiendo por todo el continente; los colectivos feministas y miles de mujeres con un pañuelo verde tomaron las calles, las aulas y diferentes espacios de sus países en México, Brasil, Panamá, Guatemala, Costa Rica, Perú, Ecuador, Bolivia, Paraguay, Chile, Uruguay, etc., para manifestarse y apoyar la lucha de las mujeres argentinas por conseguir la legalización de la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE); la movilización en redes sociales se hizo bajo la consigna de #AbortoLegalYA. La exigencia no sólo era para Argentina, se extendió a toda la región.

 

El Senado argentino finalmente se decidió por la continuidad del aborto clandestino. En las calles resonaba la consigna: “¡Asesinos, asesinos, asesinos son ustedes, en abortos clandestinos las que mueren son mujeres!”.

 

Desafortunado el desenlace para las mujeres en Argentina. Según información de la Campaña Nacional, “desde 1983 han muerto más de tres mil mujeres por abortos inseguros, estiman que se realizan 500 mil abortos inseguros cada año, que alrededor de 60 mil mujeres deben internarse por complicaciones de estas prácticas inseguras y que unas cien mueren. Son estimaciones porque no hay estadísticas claras de abortos.

 

Según el Ministerio de Salud de la Nación Argentina, en 2016 murieron 245 mujeres por causas maternas: 43 por embarazos terminados en abortos, el resto, por enfermedades que el embarazo profundizó o provocó. De ahí la pregunta ¿Quién gana con el aborto clandestino al ser éste un gravísimo problema de salud pública?

 

Garantizar la vida y la salud de las mujeres es la gran deuda de la democracia. Por eso insistimos en que el Estado debe garantizar: Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir.

 

lupitaramosponce@gmail.com

@lupitaramosponce

 

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Equipo editorial M

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