MADRID.
Los matemáticos Shafi Goldwasser, Silvio Micali, Ronald Rivest y Adi Shamir ganaron el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Tecnologías de la Información y la Comunicación, por sus “contribuciones fundamentales a la criptología moderna, un área con un tremendo impacto en nuestra vida cotidiana”.
Sus avanzadas investigaciones “han hecho posible la transmisión segura de información electrónica, en ámbitos que abarcan desde el correo electrónico hasta las transacciones financieras».
También han sentado las bases de desarrollos como la firma digital, la tecnología blockchain y las criptomonedas, como el Bitcoin.
Las aportaciones de Goldwasser, Micali, Rivest y Shamir resultan cruciales en el tejido de la sociedad digital conectada.
Cada vez que accedemos a las redes sociales, hacemos compras online, votamos o firmamos electrónicamente recurrimos a la tecnología desarrollada a partir de su investigación”.
Para el jurado, el despegue de la actual era digital simplemente no hubiera sido posible sin el desarrollo de técnicas que garantizan que el intercambio, uso y almacenamiento de la información se produce de forma segura.
La criptografía es una tecnología “invisible” pero absolutamente indispensable en la sociedad moderna.
A lo largo de las últimas cuatro décadas, los galardonados sentaron sus bases, y además siguieron ensanchando el campo con logros clave desde el aprovechamiento de las posibilidades de la gran cantidad de datos hoy disponibles, como el big data, hasta el desarrollo tecnologías de gran potencial transformador, como las criptomonedas.
Las sociedades humanas siempre han necesitado comunicaciones seguras”, señaló el acta, y esa necesidad se ha vuelto ahora más acuciante; por ello, “el diseño de protocolos abiertos de comunicación representa un gran desafío para la investigación al que han hecho frente admirablemente los galardonados”.
Al recibir la noticia del premio, Silvio Micali explicó que “durante miles de años las personas han intentado encriptar mensajes, pero eran sistemas seguros solo hasta que un día dejaban de serlo porque alguien descifraba el código».
Agregó que RSA propuso un sistema de encriptación que nadie era capaz de romper, pero que tampoco nadie había demostrado que fuera indescifrable.
Sostuvo que para demostrar que algo es seguro necesitas algo más, necesitas garantizar que ningún ataque futuro podría tener éxito.
Nuestra contribución ha sido aplicar un método riguroso para asegurar que si alguien quiere entender algo de un mensaje encriptado, tendría que resolver un problema matemático cuya resolución no se ha podido lograr durante siglos”, dijo.
Goldwasser también destacó otro de sus logros, relevante para el aprovechamiento de la era del big data: cuando diferentes entidades ponen en común sus bases de datos para extraer la máxima información fruto de esa agregación, pero sin dar acceso a la identidad anidada en los datos.
Es lo que ocurre, por ejemplo, añadió, cuando se comparten datos genómicos de la población.
Para Goldwasser, es importante que los ciudadanos sean conscientes de lo valiosos que son sus datos personales, y de que no deben proporcionarlos libremente.
Recordó, además, que las herramientas criptográficas actuales sí permiten hacer compatible la protección de la privacidad de los ciudadanos con la seguridad.
Rivest y Shamir también han seguido haciendo valiosas contribuciones durante su carrera. Rivest ha creado, en concreto, un algoritmo ampliamente usado que permite comprobar que un determinado archivo –por ejemplo descargado de la web- no ha sido modificado.
Shamir ha desarrollado el área del criptoanálisis diferencial, que se ocupa de cómo desencriptar códigos.